No sé en qué momento exacto me hice esta pregunta, pero me vino. Y no de un libro, ni de una conversación filosófica: me vino por todo lo que me rodea. Por esa sensación constante de estar en medio de algo más grande, pero sin tener el mapa.
Siempre tuve una pregunta clavada como flecha en la mente: ¿qué es la vida y para qué estoy aquí?
Y no, no es solo curiosidad. Es que entenderlo me daría una voluntad de hierro. Porque si descubro que estoy aquí por un motivo real, más allá de la rutina y lo obvio, entonces ya está: esa es mi misión. Y todo lo que no encaje con eso, fuera.
Pero si por el contrario descubro que no hay tal propósito… entonces también estaría bien. Porque dejaría de perseguir espejismos. Me reconciliaría con el presente. Tendría paz.
Sea cual sea la respuesta, la verdad libera.
Y por ahora, aunque no tenga todas las piezas, tengo claro algo: mi misión es encontrar la verdad.
A medida que la descubra, corregiré mis errores y avanzaré más ligero.

🧠 ¿Qué sentido tiene la vida? Una reflexión personal (sin teorías prestadas)
Sin soltar teorías ni repetir lo que dicen los demás, voy a darte mi manera de ver la vida, basada en lo que he observado en la naturaleza, en mis pasiones y en cómo conecto las cosas.
Puede que esté equivocado.
Puede que no todo lo que leas aquí te encaje.
Pero si hay algo que te sirve, úsalo.
Y si no te cuadra, descártalo sin miedo.
Para mí, entender es conectar. Y conectar es ver lo que tienen en común cosas que parecen diferentes. Es como usar cola para unir papel con madera. Dos materiales distintos, pero la misma sustancia los une. Y eso mismo aplico yo para entender la vida.
🔗 Método para encontrar sentido a la vida (con lo que ya te gusta)
Este es mi sistema. Te lo comparto tal cual lo aplico:
1. Empieza por lo que te gusta de verdad
Videojuegos, libros, comida, música, lo que sea.
No lo juzgues, solo elige algo que ames.
Vas a necesitar esa motivación real para lo que viene.
2. Hazlo parte de ti
Estúdialo, prácticalo, entiéndelo a nivel “molecular”.
¿Te gusta un juego? Estudia sus mecánicas. ¿Te gusta cocinar? Aprende por qué reacciona cada ingrediente.
Profundiza con seriedad y empieza a ver cómo funciona por dentro.
La planificación aquí no es opcional: es tu base.
3. Encuentra patrones y similitudes
Ahora compara.
Mira lo nuevo con los ojos de lo que ya conoces.
Por ejemplo: si eres arquero y empiezas a correr, verás que tanto en el tiro como en la salida de una carrera hay una fase de tensión antes de liberar toda la fuerza. Eso es un patrón.
Y conectar esos patrones te hace más sabio.
4. Aplica lo aprendido en nuevos contextos
Cuando dominas algo, y te acostumbras a encontrar equivalencias, todo lo nuevo te resulta más fácil.
Empiezas a ver conexiones en todos lados.
Lo difícil se vuelve complejo.
Y lo complejo se entiende cuando lo desarmas en partes simples, como ladrillos de una pared.
🧩 ¿Y qué tiene que ver esto con el propósito de la vida?
Pues que quizá no haya una única respuesta universal, pero si aprendes a conectar cosas, a ver patrones, a entender mecanismos… un día, cuando mires atrás, entenderás tu propio patrón.
Y ahí está tu misión.
La vida tal vez no tenga un solo sentido grabado en piedra, pero sí tiene señales.
Y si las seguimos con los ojos bien abiertos, aunque nos equivoquemos, estaremos cada vez más cerca.
🙋♂️ ¿Me ayudas a seguir esta búsqueda?
Si algo de esto te hizo clic, haz tu propia versión. Elige lo que te mueve, obsérvalo como nunca, busca conexiones y empieza a entender tu mundo desde ahí.
No busques respuestas fuera. Conecta desde dentro.
Yo ya empecé.
¿Y tú?