Durante años crecí escuchando la misma pregunta:
“¿Eres de ciencias o de letras?”
Como si tuviéramos que elegir para siempre entre dos mitades artificiales del conocimiento.
Como si el alma humana pudiera partirse en dos.
Hoy, a las puertas de mis 31 años, he comprendido algo transformador:
👉 no somos “de ciencias” ni “de letras”. Esa división es falsa. Es una trampa cultural.
🌍 La realidad no está dividida
En el mundo real, la ciencia, el arte, la fe, la filosofía, el pensamiento y la emoción son partes de un solo río.
Cuando dividimos, nos rompemos.
Separar la ciencia del arte y de la espiritualidad fue uno de los mayores errores de nuestra civilización.
Cuando cortamos esa conexión:
- La ciencia se vuelve fría, arrogante.
- El arte pierde profundidad y se vacía.
- La fe se vuelve rígida y desconectada.
La mente se enfría, el corazón se marchita, y el alma se extravía.
✨ La unidad como camino de sanación
Pero cuando volvemos a unir:
- La ciencia recupera su asombro y propósito.
- El arte revela verdades profundas.
- La fe se encarna en la vida diaria.
La mente piensa, el corazón siente, y el alma canta.
Todo en armonía.
💡 Letras, ciencia y propósito: mi historia
Siempre me sentí más artístico, más intuitivo, más «de letras».
Y sin embargo, hoy trabajo en medicina, biología, fisiología…
¿Cómo ocurrió eso?
Porque no hay contradicción real.
Cuidar del cuerpo también es cuidar del alma.
Estudiar ciencia también es amar.
Investigar también puede ser un acto de fe.
No es que traicioné mi esencia.
Descubrí que mi esencia siempre fue más grande que cualquier etiqueta.
🔄 No somos dualidad, somos totalidad
No somos “esto o lo otro”.
Somos seres completos.
No somos de ciencias.
No somos de letras.
Somos vida.
Somos buscadores de sentido, creadores, exploradores del misterio.
Como dice Romanos 1:20:
«Las cosas invisibles de Dios se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas…»
🧠 La ciencia verdadera es espiritual
Esta nueva forma de entender la ciencia —no como algo frío, sino vivo y conectado al alma— me ha hecho imposible no creer en Dios.
La verdadera ciencia no solo estudia.
También sana.
También ama.
También revela.
Parte de una salud integral para empezar a vislumbrar el camino: mental, física y espiritual.
Y se pregunta:
- ¿Quién soy?
- ¿Qué sentido tiene mi existencia?
- ¿Cómo está todo conectado?
🙏 Buscar la verdad es buscar a Dios
Hoy sé que vivir es un acto de conocimiento y fe.
Que vibrar en armonía con el Creador es la verdadera plenitud.
Y que mi vida es una respuesta consciente a Su amor.
🔁 Hoy elijo integrar. Hoy elijo sanar.
- Elijo vivir entero.
- Elijo unir ciencia, arte y fe.
- Elijo entender la creación y devolverla como un acto de gratitud.
- Elijo caminar en la voluntad de Dios, como vibración viva de Su creación.
🧭 Más allá de lo mensurable: la ciencia que trasciende
Con riesgo de parecer subjetivo —y lo acepto humildemente— debo decirlo con claridad:
la verdadera ciencia no puede limitarse a lo que la razón alcanza a medir.
Los sistemas que construimos —modelos, fórmulas, hipótesis— son herramientas valiosas, sí,
pero son sombras de una realidad más grande.
Reducir la verdad solo a lo empíricamente verificable es una amputación del conocimiento.
Porque hay dimensiones del ser humano —el amor, la conciencia, la belleza, la espiritualidad—
que no caben en un tubo de ensayo pero transforman vidas más que cualquier reactivo.
Por eso creo que la ciencia más profunda es aquella que se abre a lo invisible,
que se atreve a intuir, a conectar, a contemplar.
Esa es la ciencia que nos sana.
Esa es la ciencia que nos lleva a Dios.