—¿Me has traído lo que te pedí?
—No, no pude.
—¿Entonces por qué dijiste que lo harías?

😤 Esta escena me enciende. Porque no es solo la falta de acción, es la falta de coherencia. Me prometes algo, me ilusiono… y luego, ¡boom! No cumples. Y no porque algo grave haya pasado, sino porque «no tuviste tiempo».
Perdona que te diga, pero eso de no tener tiempo no existe… a menos que te mueras. Y si me estás hablando, pues… no estás muerto. Entonces ¿qué falló?
🎯 La verdad incómoda: no fue falta de tiempo, fue falta de prioridad
Cuando dices que no tuviste tiempo, en realidad estás diciendo:
👉 “Hubo otras cosas que me parecieron más importantes.”
Y está bien, oye. Pero dímelo así. Porque al final, esto va de prioridades, no de relojes ⏰.
🧠 Mi análisis personal
- Yo quiero hacer «X» cosa.
- Pero luego hago «Y».
- Por lo tanto, no fue falta de tiempo. Fue que preferí la «Y» a la «X».
Y así de simple. Por eso me molesta. Porque esa frase ambigua de «no tuve tiempo» maquilla la verdad. Y cuando eso pasa, me cuesta confiar otra vez.
🚧 ¿Y si no era importante para ti?
Si te comprometiste a hacer algo y luego no lo hiciste porque no lo considerabas importante…
Por favor: no prometas.
Y si te diste cuenta de que no lo ibas a hacer: dilo con honestidad, dilo con respeto.
Así no hay sorpresas.
Así no se genera decepción.
💡 Entonces… ¿qué son las prioridades?
Para mí, una prioridad es eso que haces incluso si el mundo se cae a pedazos.
Es aquello que defiendes con tu energía, tu tiempo y tus decisiones. Es lo que realmente valoras.
Por eso digo que tener claras tus prioridades:
- 🧭 Te da rumbo.
- 🧠 Te ahorra estrés.
- 🚪 Te permite decir NO sin ofender.
😠 Lo confieso: tengo un enfado crónico
No sé por qué. Pero lo noto. Me enfado fácil cuando alguien incumple, cuando alguien suelta excusas, cuando siento que no me escuchan. Y lo digo sin vergüenza.
Chillar también es comunicación.
Y a veces escribir esto me ayuda a no gritar por fuera lo que estoy gritando por dentro.
⚠️ Un aviso sobre las ofensas
Cuando te ofendes, te cierras.
Y cuando estás cerrado, ni escuchas ni aprendes.
Peor aún: te puedes precipitar, tomar malas decisiones, actuar desde el impulso.
Vale, igual no le pegas un tiro a nadie como en las pelis (que sí, me encantan las pelis de acción inteligentes 💥🎬)…
Pero metes la pata. Y luego lo lamentas.
👀 Me siento juzgado. Bastante.
No lo digo para dar pena, lo digo porque también me pasa a mí.
Y a veces, cuando te sientes juzgado, te da miedo ser sincero.
Pero yo prefiero que alguien me diga:
“No lo hice porque no lo prioricé”,
antes que
“No tuve tiempo”.
💬 ¿Te pasa a ti también?
Si tú también te has sentido así, si tienes algo que añadir (aunque sea todo lo contrario), déjamelo en los comentarios.
Y si eres psicólogo/a y me quieres echar un cable… ¡ya sabes! 😂
Gracias por leer hasta aquí.
Y si vas a comprometerte a algo hoy, que sea solo si lo vas a priorizar.
Porque más vale un NO honesto, que un “sí” que nunca llega.
👋 ¡Hasta la próxima, y que tengas un día de prioridades claras!